El negocio de la recepción, distribución y entrega de cartas y pequeños paquetes, lo que durante décadas ha constituido el corazón de la actividad de Correos, agoniza. Los datos que maneja el operador postal indican que su actividad tradicional se está desplomando a ritmo de dobles dígitos y auguran que esa diversificación operativa que el actual presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, identificó como un objetivo crítico a medio plazo casi desde su nombramiento se ha convertido ahora en una exigencia inmediata. La compañía postal estatal se halla inmersa en estos días en la negociación del Plan Estratégico que marcará su futuro más inmediato y casi con total seguridad también el modelo de empresa para las próximas décadas. Muchas cuestiones están aún abiertas, pero el presidente de Correos parece tener ya claro quién será la persona que ejecutará esa transición desde el modelo de operador postal tradicional hacia su conversión en una gran empresa de logística integral.